Nadie de los que esperábamos la
noticia consigue reprimir la alegría. Una chica rubia se lleva las manos al
pecho mientras sonríe. Un chico aprieta sus puños con fuerza mientras se muerde
los labios. Ariela y yo nos miramos y nos cogemos de la mano. Pero nadie se da
cuenta de la alegría de los demás, cada uno se encuentra inmerso en sus
emociones. Señalando a las personas que le acompañan, Salvador continúa con su
explicación.
-
Estos son algunos de los profesores que tendréis, pero
obviamente, no los únicos. Estos, además son los representantes de la compañía.
El resto se encuentra dando clase al resto de los grupos, ya que, como sabéis,
en este complejo también formamos a los nuevos bailarines.- Señala al señor de
la prueba médica.- Este es el señor Paul Normington. Él será vuestro médico.
Por último, - dice mientras señala al chico joven.- Enrique será vuestro
fisioterapeuta. Tenéis el derecho de asistir a él tantas veces como queráis,
siempre que pidáis cita. Todos los gastos los cubre la empresa. Os recomiendo
que asistáis al menos una vez por semana para evitar contracturas. A
continuación os daré unos documentos que debéis rellenar con vuestros datos
personales. Mientras, desvestíos para tomaros algunas medidas.
Nadie
pronuncia ni una palabra. Nadie se atreve. Nos limitamos a cumplir órdenes.
Todos nos quedamos en mallot, mallas, medias, y diversas prendas ajustadas. Nos
hacen quedarnos descalzos y van midiéndonos, pesándonos y tomándonos medidas a
cada uno de nosotros. Quizá haya personas de diez nacionalidades distintas en
el grupo. Todos somos jóvenes. El mayor del grupo no llega a los veinticuatro. Mientras unos se pesan, otros son medidos, y
otros aprovechan para rellenar las matrículas. Mientras, Don Salvador continúa
informándonos sobre algunos aspectos.
-
Como observáis, sois catorce miembros. Y como
recordaréis, sólo habían nueve vacantes. Seis de vuestros compañeros son
veteranos. Si tenéis alguna duda podéis comentarla con ellos. Estos son María
Isabella, Sergey, Tatiana, Jarek, Zdenka y William.
María Isabella es italiana, este
año entra en la compañía su prima Angelica. Sergey y Tatiana son rusos, Jarek
polaco, Zdenca es checa y Will es de Liverpool. Junto a ellos, formaremos parte
del equipo una estadounidense, Ashley; un brasileño, Thiago; otra rusa, Irina;
Paola, de origen argentino; una yugoslava, Marina (ella es la bonita chica
rubia con la que también coincidí en la prueba de admisión); un irlandés, Thomas;
Ari, y finalmente, yo.
-
Menuda mezcla ¿No?- Le pregunto a Ariela, quien
responde guiñándome un ojo.
-
Me pido al brasileño.- Contesta. Entre risas,
escuchamos las últimas indicaciones.
-
Bien chicos, entreguen sus hojas de inscripción a la
chica de recepción y os fotocopiará vuestro documento nacional de identidad en
el momento. La misma chica os entregará vuestros horarios. Los que vienen con
beca deben anotar en la casilla de “observaciones” cómo la consiguieron para
que nos pongamos en contacto con ellos. El resto, anoten los datos bancarios
para cargar los recibos mensuales y el gasto de matriculación. Podéis
marcharos. Nos vemos el lunes a las siete en el salón de actos. Sean puntuales.
Cada nuevo bailarín sale de clase
deseando avisar a sus familiares y celebrar la nueva noticia.
Con la documentación en la mano,
Ariela se fija en mi foto del carné de identidad. Casi se ahoga de la risa.
Casi toda la fila se gira para mirarnos. Acto seguido le arranco el suyo de las
manos.
-
Mierda, sales bien.
-
Claro que salgo bien. ¿Qué creías?- Ariela sonríe de
forma exagerada.
Giro el DNI para ver el reverso.
Sin quererlo, elevo la voz. De nuevo, vuelven a mirarnos.
-
¡¿Diecisiete años?!
-
¿Qué haces? ¡Cállate! – Riéndose me quita el carné de
las manos.
-
¿En serio? ¡Eres una cría!
-
Vaya, gracias vieja pelleja.
-
Vete a la mierda.- Las dos reímos.- Pensaba que tenías
por lo menos diecinueve.
-
Pues ya ves. Soy toda una mujer.- Sonríe
resplandeciente.
Hacemos cola
durante unos diez minutos. En ese momento, todos hemos llamado ya a alguien.
-
¡Mamá! ¡Me han cogido!
-
¡Lo sabía mi vida! ¡Carlos! ¡La han cogido!
¡Enhorabuena!
-
Gracias. ¡ah! Y ya tengo compañera de piso.
-
¡Eso es genial mi vida!
-
Bueno, voy a entregar unas cosas, luego hablamos ¿vale?
-
Vale mi vida, un beso.
-
¡Bye!
Ariela hace lo mismo al mismo
tiempo.
-
¡Mamá! ¡Me aceptaron!
-
¿En serio? Enhorabuena mi amor.
-
Gracias mamá, por cierto, encontré piso con una
compañera del grupo. Envíame mis cosas por correo ¡me quedo en Londres!
-
De acuerdo, esta tarde lo preparo todo y mañana mismo
te lo envío.
-
Está bien, ma. ¡Hablamos!
-
Hablamos.
También aviso a mis dos tesoros:
“Chicas, acabáis de recibir un mensaje de la nueva bailarina de la
compañía México. Os quiero”
Recogemos los horarios,
entregamos la documentación y salimos a la calle.
En el camino, escribo otro
mensaje.
“Estoy dentro, esta semana iré a verle y le voy informando. Alba
Marín.”
-
¿Damos una vuelta?
-
¡Sí! Hay que celebrarlo.
-
¿Qué haces?- Pregunta Ariela.
-
Nada, aviso a mis amigas.- Contesto mientras guardo en
el bolsillo de mi pantalón mi iphone.
En otra zona de Londres, un joven ambicioso que trata de ganar dinero fácil, recibe una llamada.
En otra zona de Londres, un joven ambicioso que trata de ganar dinero fácil, recibe una llamada.
-
El material que
me has mandado es una mierda. Aún no he salido de Inglaterra y ya he tenido que
pegarle una paliza a una de las chicas.- El árabe habla un inglés perfecto,
debido a los múltiples negocios internacionales que tiene entre manos.
-
Bueno, es de
entender que las chicas traten de defenderse. Usted sólo exigió algunos
requisitos físicos. – Contesta el chico tratando de mantener la calma, sabiendo
a quién se enfrenta.
-
No me tomes por
gilipollas. Mañana tengo que presentarlas y no puedo tratar de vender a una
chica con la cara amoratada, por muy modelo que sea. Quiero una chica para esta
antes de mañana.
-
Pero eso es
prácticamente imposible… no puedo conseguirlo.
-
Créeme, lo harás.
¿Eres consciente de con quién estás tratando?
-
Sí, por supuesto.
-
Pues lo harás.
La
comunicación se corta, el árabe apaga su cigarrillo en un cenicero de cristal.
El joven ambicioso se echa el pelo hacia atrás y se acaricia la cabeza tratando
de averiguar si no se habrá introducido en un mundo más peligroso de lo que se
esperaba.
Muy interesante,seguiré por aquí,te sigo,un besito.
ResponderEliminarhttp://siemprecositasmonas.blogspot.com
Mil gracias! yo también te sigo a ti! besitos!
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