jueves, 26 de julio de 2012

Capítulo 6. Segunda Parte.


En la noche de Camden las personas beben cerveza en la calle apoyados en las repisas de las ventanas de los bares. Algunas chicas visten vestidos cortos y de tirantes y ni si quiera llevan chaqueta. Estarán acostumbradas, supongo, pero me da frío sólo al verlas. Hay bastante movimiento por las calles. Allí esperamos algo menos de cinco minutos hasta que llega un taxi libre. Este es de color negro liso, sin publicidad ni inscripciones, pero me sorprende más de lo que esperaba. En su interior, tras el conductor, hay asientos para cinco personas, de manera que se puede viajar de espaldas al conductor, y también de la forma corriente. Puedes hacer el trayecto de forma cara a cara con tu acompañante. Ariela se sienta de espaldas al conductor y yo lo hago en frente de ella.
-          A la mejor discoteca, por favor.- Indica Ariela.
-          Sí, señorita.
El taxi atraviesa diferentes zonas de Londres que desconocemos,  hasta que llegamos a la puerta de la discoteca. Ariela entrega el importe al taxista y este marcha. Una larguísima cola de gente rodea el frente de la discoteca. Al menos cien personas esperan para entrar. Tres hombres escoltan la puerta de entrada. Ellos deciden quién es digno de entrar y quién no. Pasamos por delante de ellos con el fin de llegar al final de la hilera de personas y aguardar nuestro turno. Cuando pasamos por delante de la puerta, un grupo de chicos está entrando. El primero de ellos le habla al oído a uno de los porteros. Este último mira en dirección a nosotras y nos hace un gesto con la mano para que vayamos. Así lo hacemos. Sin decir nada, levanta el cordón que prohíbe la entrada y nos indica con la cabeza que entremos. Al atravesar el hueco que el cordón ha dejado libre, me detengo, le miro y pregunto:
-          ¿Por qué?
-          Cumplo órdenes.- Contesta.- Un buen amigo y cliente me lo pidió. Tomad estas pulseras, podéis beber lo que queráis. Invita la casa.
-          Gracias.- Contestamos riendo.
Ariela y yo nos miramos sorprendidas a la vez que divertidas. Menuda racha. Esperemos que sigamos saliendo gratis todo el año. Es genial. Entramos bailando antes de advertir qué tipo de música suena en el momento. La discoteca es inmensa, está abarrotada de personas y la música suena tan alta que parece que está golpeándote el pecho. Multitud de focos de colores se mueven de aquí a allá sobre la pista. Un DJ mueve los platos mientras tambalea su cabeza, sujeta por su mano izquierda, que se apoya en sus cascos para oír mejor. Hay gente que baila de forma desmedida, otros se apoyan en la barra y beben sin más. Nosotras hacemos un poco de todo. Bailamos un par de canciones en la zona break, y después nos alejamos un rato a la barra a descansar, hablar y reír. Es entonces cuando él se nos acerca.

1 comentario:

  1. no conocia tu blog..per me voy a ir al primer capitulo para engancharme!!! jaja Pasate por mi blog! ;) Un beso!!
    www.vamonosdetiendas.blogspot.com

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